Un año más se acerca el día de Sant Jordi. Una de las jornadas más importantes en Catalunya. Un día muy especial para mucha gente, una jornada con un punto de magia. La gente se echa a la calle, busca entre cientos de libros ese título tan deseado, las rosas inundan las plazas… Paseos, sonrisas y declaraciones de amor. Pero aun queda la noche para rematar la jornada y hacer que también sea especial. Copa y burbujas. Un cava Rosado, alguno de los mejores cavas catalanes que te recomendamos en nuestro blog. Hay algo mejor para acabar un Sant Jordi?
A finales de 2014 en una de las muchas ferias de vino que visito durante el año, en un rincón de la sala fui a probar los cavas que mi amiga Àngels Bueno me había recomendado. La cava se llamaba Maria Rigol Ordi y nunca había oído hablar de ellos. Al frente de la bodega se encontraban Anaïs Manobens con su padre y hermano, que con el tiempo se han acabado convirtiendo como de la familia de Taca de vi. Es una cava familiar y muy pequeña con apenas 20 mil botellas producidas al año. Como muchas otras cavas de Sant Sadurní d’Anoia, empezaron produciendo hace más de 25 años pero sobretodo para propio consumo, amistades y algún cliente más que pudiera surgir.
Hace menos de 2 años la familia decidió dar un empuje a la comercialización para intentar abrirse camino en un ya muy congestionado mercado como es el del sector del cava. La ilusión de vender un producto propio, la juventud y las ganas de Anaïs y su hermano, la calidad de los cavas y una imagen renovada y llamativa, entre otros factores, han hecho que relativamente en poco tiempo se hayan posicionado y se puedan encontrar en tiendas especializadas y en cartas de restaurantes. Se lo merecen por su duro trabajo.
Personalmente, mi gran debilidad es el Gran Reserva, un cava de larga crianza (añada actual 2009), de estilo clásico y de gran complejidad. Pero como mañana es Sant Jordi y el gran olvidado de los cavas es el rosado, hoy voy a recomendar el Maria Rigol Ordi rosat. Es un cava Reserva y curiosamente Brut Nature (la mayoría de cavas rosados se les añade un poco de azúcar en el licor de expedición). La añada actual es 2013 que está elaborado con mi gran querida variedad Trepat en un 80% y el resto de Monastrell.
La Trepat hace que el cava sea sexy y con la copa en la mano, parece que lleves un ramo de flores. Tiene un fondo de aromas a frutillos rojos muy sutil y notas algo cítricas que le aportan frescura. Es muy elegante en nariz, que con un final de pastelería y fresas con nata, hacen un conjunto muy armonioso.
La entrada en boca es ligera, jugosa pero un poco secante. Su medio cuerpo se ve equilibrado con una refrescante acidez que lo hace crujiente y largo. Y la burbuja? Finisima y elegante, de esas que no molesta a la gente que no es muy de cava y que nos acaba de convencer a los que apreciamos una burbuja bien puesta.