Jueves pasado clausuró, un año más, la Mobile World Congress de Barcelona. Una feria de récords, dónde cada año se suman nuevas empresas, aumentando el número de participantes y dejando importantes beneficios económicos a la ciudad. Los más de 100 mil asistentes han dejado unosingresos muy repartidos entre los diferentes servicios de los que disfrutan durante los días de la feria: hoteles, restaurantes, taxis, tiendas… más todos los servicios indirectos que los abastecen.
Para Taca de vi, que ya hace cuatro años que estamos presentes en la feria, también han sido unos días donde hemos crecido respecto al año pasado (5 empresas y 7 catas y degustaciones en 2 días) y posicionado como un servicio de calidad y buen gusto. Según las empresas por las que trabajamos, un servicio imprescindible para hacer negocios con sus clientes durante esos días. Para Michael Keyhl, director de la empresa alemana Opticom, “El reclamo para atraer a nuestros clientes al stand, es el buen trato del sommelier y la calidad de los productos que servimos. Es más fácil fidelizar a nuestros posibles clientes, con una copa de vino y un trozo de jamón”, asegura.
Y es que el Mobile World Congress se está convirtiendo en una feria donde el buen vino y la gastronomía de calidad, está adquiriendo un papel cada vez más relevante. Son unos días donde se abren vinos de gama alta, jamón ibérico y los quesos más refinados. El cliente evidentemente es exigente, pero tiene paladar para saber apreciar los buenos productos.
¿Qué nos piden sobretodo? Dentro de los stands de la feria, Food&Wine reception donde recibir a sus invitados con una copa de vino y algo para degustar (jamón recién cortado o queso artesano). Nuestros sommeliers asesoran sobre qué vino probar, explicando muy brevemente cada uno, con el fin de añadir un plus de calidad al servicio.
Fuera de la feria, en los diferentes encuentros que tienen lugar en restaurantes y hoteles de la ciudad, también nos piden recepciones gastronómicas con sommelier, pero con el añadido que algunos clientes quieren que sea una cata “mas formal”, “más clásica”, alrededor de una mesa y previa a la cena.
El resultado final es muy positivo, pero aun más importante, es la satisfacción del cliente y la seguridad que el año que viene volverá y repetirá.