¿Qué es el Sumoll?
La Sumoll es una variedad tinta autóctona catalana que hasta hace pocos años en toda Catalunya sólo quedaban unas cuantas hectáreas (entre 40ha y 50ha.) y en la DO Penedès no estaba ni autorizada en su reglamento. De hecho, tenía que salir al mercado con el nombre (o mal nombre), de vino de mesa.
Paradójicamente, antes de la filoxera, la Sumoll era una de las variedades más extendidas por toda Catalunya, desde las tierras del Ebro hasta el Empordà, pasando por la Segarra y el Bages.
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Junto con la devastación causada por la filoxera, otros factores como la elaboración de cava, la moda de los vinos con variedades foráneas, la dificultad en la elaboración y unos vinos resultantes “poco refinados”, hicieron que se arrancaran gran cantidad de cepas de Sumoll hasta el punto de dejarla en peligro de extinción. Así, durante muchos años cayó completamente en el olvido, siendo una variedad despreciada por algunos elaboradores y completamente desconocida por los consumidores. En su lugar se plantaron bastas extensiones de Xarel·lo, Macabeo, Merlot o Chardonnay; unas variedades más fáciles de elaborar y con mejor salida al mercado.
Pero todo esto ha cambiado en los últimos años y después de la puesta en valor de variedades autóctonas como la Trepat, la Xarel·lo o la Garnacha Blanca, ahora ha llegado el turno de la Sumoll. Y es que aunque parezca mentira que lo estemos reivindicando, los vinos con variedades locales han llegado para quedarse.
Es una variedad perfectamente adaptada al territorio, tanto a los tipos de suelos como al clima mediterráneo. Resiste bien la sequía y las temperaturas elevadas. De hecho, lo agradece ya que es una variedad que necesita madurar bien para dar taninos más redondos y acidez más equilibrada.
¿Características de estos vinos catalanes?
Tiene una piel fina que hace que los vinos sean de capa media-baja.
La nariz es muy seductora! Combina perfectamente aromas florales (violeta), fruta roja (cereza, grosella), sotobosque mediterráneo (lavanda, tomillo) y toques balsámicos (eucalipto).
En boca tiene una muy buena acidez (un poco verde), muy fresco y de cuerpo medio. Es poco alcohólico y los taninos son muy vivos.
Cabe decir que son vinos un poco rústicos, salvajes, muy diferentes a los que se hacen en Catalunya. Internacionalmente se podría comparar con una Nebbiolo o una Gamay.
Si bien es verdad que no es un vino apto para todos los públicos, si que es un vino que la primera vez que se prueba, sorprende, y cuanto más se va probando, más va enganchando por su elegancia sutil y escondida.
Conscientes de estas virtudes y sabiendo que una variedad como la Sumoll ayuda a diferenciarse del resto de DO (y explica muy bien el paisaje que la ve nacer), cada vez más elaboradores están apostando por ella. No es fácil ya que, como ya he dicho, es una variedad difícil de trabajar en el campo, con maduraciones irregulares y fermentaciones complicadas. Pero cada vez se está haciendo mejor y los resultados son muy satisfactorios.
¿Dónde podemos probarlos?
Sobretodo la encontramos en el Penedès (donde nosotros hacemos visita a bodegas del Penedès), hacia la zona de Rodonyà (Alt Camp) y el Bages.
Uno de los síntomas que la Sumoll es cada vez más una realidad, es la cata temática que se hace dentro la feria de vinos Microvi y que tuvo lugar Viernes 28 de abril en Sant Sebastià dels Gorgs (al final se tuvo que hacer a las cavas Parxet por causas meteorológicas).